5 formas de mantener el rumbo cuando estás pagando la deuda de la tarjeta de crédito

Si te has comprometido recientemente a volver a encarrilar tu vida financiera, es probable que también estés intentando adelgazar tu cartera y reducir el uso de la tarjeta de crédito. Más allá de la línea de pensamiento «si no puedes pagarlo en efectivo, no puedes permitírtelo», resistir la tentación de «cargarlo» puede ser una dura batalla. Afortunadamente, existen algunos métodos -los tradicionales que probablemente hayas oído antes y algunos trucos poco convencionales- para asegurarte de que no vuelves a caer en los viejos hábitos. Si estás en pleno proceso de eliminar la deuda existente de tarjetas de crédito, es importante evitar seguir dependiendo de ellas y acumular más deuda. Cambiar tu comportamiento de gasto es el primer paso para emprender el camino hacia la libertad financiera.
- Empieza por recordarte a ti mismo para qué estás trabajando. A veces, un recordatorio visual ayuda mucho a animarte a cumplir tus objetivos. Cubre tus tarjetas con una foto, una funda de papel o un mensaje inspirador que te recuerde por qué estás pagando tu deuda en primer lugar. Si tu objetivo final es no tener deudas, escribe «¡estás pagando esto!». Si planeas llevar a tu familia de vacaciones exóticas, pega una foto de una playa de arena blanca.Si los recordatorios escritos no funcionan, también puedes añadir una tira de papel de aluminio sobre la banda magnética. Si llevas la tarjeta contigo en la cartera, te verás obligado a quitar la cinta adhesiva antes de hacer una compra. Esto puede hacerte dudar lo suficiente como para reconsiderarlo. ¿Alguna vez has entrado en una tienda para hacer una compra impulsiva, te has dado cuenta de que no llevas la cartera y luego has decidido que en realidad no necesitas ese objeto brillante? El poder de la pausa es real.
- Desactiva las tarjetas de las que puedas prescindir. Si tú, como muchos estadounidenses, te endeudaste con la libertad que ofrecen las tarjetas de crédito, probablemente tuviste la tentación de abrir varias líneas de crédito. Si tienes más de una tarjeta de crédito, considera qué tarjetas son realmente esenciales y de cuáles puedes prescindir.Cerrar tarjetas de crédito puede afectar negativamente a tu puntuación crediticia, pero puede ser un sacrificio que merezca la pena hacer si la alternativa es más deuda de la que puedes manejar. Un revés crediticio temporal es más fácil de gestionar que una montaña de deudas, y tu crédito saldrá mejor parado a largo plazo.
- Mantenlos fuera de la vista. Puede que no veas tus tarjetas de crédito del mismo modo que otros documentos importantes -pasaportes, certificados de nacimiento, joyas caras-, pero puede ser útil guardar tus tarjetas en una caja fuerte. Sí, las tarjetas estarán seguras, pero acceder a ellas será incómodo. Tendrás que abrir la caja fuerte cada vez que quieras hacer una compra.Si no tienes caja fuerte en casa, puedes entregar tus tarjetas a un amigo o familiar de confianza. Ahí está de nuevo: el poder de la pausa. Si hay obstáculos para utilizar tu tarjeta de crédito, tendrás que tomarte un momento para decidir si la compra es necesaria. De todos modos, es bueno tener un compañero que te rinda cuentas, pero si tus tarjetas no están fácilmente disponibles, no podrás derrochar.
- Congela tus tarjetas de crédito en hielo. Sí, de verdad. Coloca tu(s) tarjeta(s) de crédito en una taza de agua y métela(s) en el congelador. A veces, todo lo que necesitas son unas horas para recuperar la lucidez cuando te asaltan las ganas de gastar.La próxima vez que sientas la tentación de hacer una compra imprevista utilizando el crédito, tendrás que esperar a que se derrita el hielo antes de proceder. Para cuando el hielo se haya derretido, quizá te sorprenda comprobar que el artículo que te llamaba hace sólo unas horas ya no te parece tan necesario. La buena noticia es que congelar tus tarjetas de crédito tampoco les causará ningún daño permanente. Una vez descongelado el hielo, la banda magnética seguirá funcionando.
- Tritúralos. Sí, has leído bien. Deshazte de ellas. El acto de trocear tus tarjetas de crédito envía un mensaje muy poderoso. Una vez que tu tarjeta esté cortada en trozos, no podrás utilizarla, y tendrás que llamar al titular de la tarjeta para pedir una nueva si cambias de opinión.Deshazte de los restos en distintos lugares, como tu casa y tu oficina, para que a los ladrones de identidad les resulte más difícil volver a unir los trozos y averiguar el número de tu tarjeta.
- Reformula tu presupuesto. Si sueles utilizar plástico para comprar, puede que te agobie la idea de pagar sólo en efectivo o con tarjeta de débito. No lo estés. Cuando llegue tu nómina, paga inmediatamente todas las facturas que venzan antes de tu próxima nómina, incluidos los pagos mensuales de deudas anteriores, retira suficiente dinero en efectivo para cubrir las compras y los imprevistos, y luego pasa el dinero restante a tu cuenta de ahorros. Algunos de los presupuestadores con más éxito utilizan esta estrategia para mantenerse a raya.
¿Realmente necesitas regalarte un café de 5 $ cada mañana? Gestiona tu presupuesto mensual y averigua de qué lujos puedes prescindir. Te sorprenderá lo rápido que te acostumbras a una nueva rutina.