¿Está segura tu información personal y financiera?
En septiembre de 2017, Equifax, una de las «tres grandes» agencias de información crediticia de Estados Unidos, anunció que sus servidores habían sido objeto de una brecha de seguridad masiva, que comprometió los datos personales de unos 145,5 millones de estadounidenses, es decir, casi la mitad de la población de Estados Unidos.
Los datos sensibles expuestos incluían nombres, números de la seguridad social, fechas de nacimiento, direcciones y, en algunos casos, números del carné de conducir y de tarjetas de crédito. Todo ello a pesar de que Equifax ofrece a los consumidores servicios para controlar la actividad fraudulenta y las ciberamenazas: ¡oh, qué ironía!
Según un investigador de ciberseguridad anónimo, Equifax tuvo conocimiento de sus vulnerabilidades seis meses antes de los hackeos y no hizo nada. Los datos de los consumidores estaban disponibles a través de un sitio web interno de acceso público: lo único que tenía que hacer un visitante era realizar una búsqueda dentro del sitio web para acceder a millones de registros. El investigador afirmó que todos los registros podían descargarse en tan sólo 10 minutos.
Para una empresa que maneja millones de registros sensibles que, en las manos equivocadas, podrían causar estragos en las finanzas personales de un individuo -de hecho, en toda la economía estadounidense-, Equifax no puso mucho empeño en la ciberseguridad.
A la luz de la violación masiva, y completamente evitable, de Equifax, ¿cómo pueden los consumidores proteger su información personal y financiera?
En circunstancias normales, puedes protegerte de las actividades fraudulentas controlando rutinariamente todas las cuentas financieras, incluidas las cuentas corrientes y de ahorro y las tarjetas de crédito, en busca de transacciones sospechosas y revisando anualmente tu informe crediticio -puedes acceder a tu informe crediticio gratuitamente y sin penalización una vez al año-. Si te encuentras con compras o cuentas dudosas, puedes informar de ellas a la institución financiera correspondiente o presentar una disputa ante una agencia de información crediticia.
Preguntas frecuentes sobre información financiera
¿Cómo puedo proteger mi información personal y financiera?
En circunstancias normales, puedes protegerte de las actividades fraudulentas controlando rutinariamente todas las cuentas financieras, incluidas las cuentas corrientes y de ahorro y las tarjetas de crédito, en busca de transacciones sospechosas y revisando anualmente tu informe crediticio -puedes acceder a tu informe crediticio gratuitamente y sin penalización una vez al año-. Si te encuentras con compras o cuentas dudosas, puedes informar de ellas a la institución financiera correspondiente o presentar una disputa ante una agencia de información crediticia.
Hay otras medidas que puedes tomar para ayudar a proteger tu información personal y financiera. En primer lugar, crea contraseñas seguras para cualquier cuenta que almacene datos sensibles, como cuentas bancarias o sitios de comercio electrónico. Asegúrate de que tus contraseñas son únicas y complejas, con una combinación de letras, números y caracteres especiales. También es esencial utilizar contraseñas diferentes para cada sitio web y cuenta.
Otra forma de proteger tu información es utilizar la autenticación de dos factores en todas tus cuentas. Este paso requiere una forma adicional de identificación, como un mensaje de texto o un código de correo electrónico, para acceder a la cuenta. Ayuda a mantener a los piratas informáticos fuera de tus cuentas, aunque puedan adivinar tus contraseñas.
¿Qué puede hacer alguien con mi información financiera?
Si alguien pusiera sus manos en tu información financiera, podría causar graves daños. Podrían utilizar tus datos personales para abrir nuevas cuentas a tu nombre y realizar compras con ellas. También podrían robar dinero de cuentas existentes transfiriéndolo o haciéndose ellos mismos cheques. Es esencial que vigiles tus cuentas y te pongas en contacto con tu banco o proveedor de tarjetas de crédito inmediatamente si observas alguna actividad sospechosa.
En general, es vital tomar medidas para proteger tu información personal y financiera de los piratas informáticos y los ladrones de identidad. Utiliza contraseñas seguras para todas las cuentas, utiliza la autenticación de dos factores y vigila tus cuentas. Tomando estas precauciones, puedes ayudar a mantener tus datos seguros.
¿Puedo congelar mi historial crediticio de forma preventiva?
Dada la magnitud de la brecha de Equifax, la protección puede requerir medidas más extremas, como congelar tu informe crediticio ante la aparición de actividad fraudulenta. El proceso de congelar tu crédito es una molestia; sin embargo, los delincuentes pueden utilizar tus datos confidenciales para usurpar cuentas corrientes, abrir cuentas nuevas, presentar declaraciones de la renta falsas, alquilar o comprar propiedades a tu nombre, y mucho más.
Teniendo en cuenta que hay un 50 por ciento de probabilidades de que tus datos personales y financieros se hayan visto comprometidos, congelar tu crédito podría ahorrarte muchos disgustos. Para congelar tu crédito, debes ponerte en contacto por separado con las tres principales agencias de información crediticia: Equifax, Experian y TransUnion.
Tendrás que facilitar tu nombre completo, dirección actual junto con un justificante de domicilio (por ejemplo, una factura de servicios públicos), fecha de nacimiento, número de la Seguridad Social, copia de un documento de identidad válido y el pago. Nota: para las víctimas de robo de identidad, la congelación del crédito es gratuita y para el resto el coste puede oscilar entre unos 5 y 20 dólares por acción. Una vez recibida tu solicitud, las agencias de crédito te proporcionarán un número PIN. Guárdalo bien: utilizarás tu PIN para descongelar temporal o permanentemente tu crédito.
Aunque no podrás abrir nuevas líneas de crédito o cuentas financieras ni pedir un préstamo mientras tu crédito esté congelado, los delincuentes no podrán hacer lo mismo. Congelar tu crédito puede ser una molestia, pero la lucha para superar el robo de identidad puede costarte el sustento.
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